El compromiso de Italia en la investigación de las ondas gravitacionales comenzó en 1970, cuando se iniciaron los estudios para los primeros experimentos, gracias al trabajo del grupo romano de Edoardo Amaldi y Guido Pizzella sobre las llamadas antenas resonantes a muy baja temperatura. En la década de 1990 entraron en funcionamiento las antenas Auriga, en los Laboratorios Nacionales de Legnaro, y Nautilius, en los Laboratorios Nacionales del INFN de Frascati, aunque estos instrumentos seguían siendo demasiado poco sensibles para poder captar las vibraciones sumamente débiles del espacio-tiempo. Pero mientras tanto, a mediados de la década de 1980, el italiano Adalberto Giazotto y el francés Alain Brillet habían iniciado estudios para el desarrollo de una nueva clase de experimentos basados en una técnica de detección completamente distinta: la interferometría láser. Así nació el proyecto Virgo en Italia, acompañado por el proyecto LIGO en Estados Unidos. En 2000, el INFN y el CNRS francés fundaron el Observatorio Gravitacional Europeo (EGO) cerca de Pisa para albergar y garantizar la gestión del proyecto, mientras que el detector entró en pleno funcionamiento en 2007. Serán necesarios unos diez años, además de algunas mejoras importantes de los interferómetros Virgo y LIGO, para que en 2015 se hagan realidad los descubrimientos históricos sobre las ondas gravitacionales.
El éxito de estos logros ha puesto de relieve lo crucial que es hoy el desarrollo de una nueva generación de observatorios gravitacionales para ir más allá de los límites de los instrumentos actuales: de ahí el proyecto del Telescopio Einstein, destinado a crear en Europa un observatorio capaz de «escuchar» el cosmos hasta épocas muy cercanas al big bang. Así pues, la empresa científica continúa, y la contribución de Italia también esta vez será decisiva.
Hay muchas razones geológicas por las que la zona de Sos Enattos es el lugar ideal para las actividades de ET. El ruido sísmico, que condiciona el rendimiento del detector a bajas frecuencias, es muy reducido debido a las características geológicas de Cerdeña. Cerdeña es, de hecho, una microplaca, es decir, una porción desprendida de la placa Euroasiática que no está conectada a las zonas tectónicas más activas, por lo que no se ve afectada por fenómenos de deformación de la corteza terrestre ni por la sismicidad y el vulcanismo. Se trata de una zona estable y sólida, caracterizada por macizos rocosos ideales para construir de forma segura los entornos subterráneos que constituirán el laboratorio de ET. Además, la escasa presencia de acuíferos en la zona reduce la posibilidad de infiltraciones o de ruido sísmico y newtoniano.
Por último, en esta zona de la provincia de Nuoro, entre los municipios de Bitti, Lula y Onanì, existen grandes extensiones de zonas rurales con muy baja densidad de población y, por tanto, reducida actividad antrópica e industrial.
Todo ello esto convierte el sitio de Sos Enattos en el entorno ‘silencioso’ que ET necesita para funcionar protegido y aislado del ‘ruido’ que afectaría sus mediciones.
Laboratorio SAR-GRAV.
La antigua mina de Sos Enattos hoy ya es un lugar de ciencia: desde 2019 alberga el laboratorio SAR-GRAV con el experimento Arquímedes. Financiado por la Región de Cerdeña, el laboratorio SAR-GRAV nació en el marco de un Convenio de Programa entre la Región de Cerdeña y la Universidad de Sassari, el INFN, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV), la Universidad de Cagliari e IGEA spa, la empresa que gestiona la mina. El objetivo del proyecto es crear una infraestructura de bajo ruido sísmico y antropogénico dedicada a la investigación de las ondas gravitacionales, la física de la gravitación y la geofísica. SAR-GRAV alberga y apoya actualmente las actividades de caracterización sísmica del sitio para su candidatura.
Arquímedes es un experimento de física fundamental, financiado por el INFN, que investiga pequeñas variaciones de peso inducidas por fluctuaciones cuánticas. El experimento necesita un entorno en el que los factores sísmicos externos no influyan en la medición. De ahí la decisión de instalarlo en el laboratorio SAR-GRAV. Pero Arquímedes también trabaja para ET, verificando la idoneidad del sitio de Sos Enattos: gracias a su extrema sensibilidad, Arquímedes trazará un perfil detallado de las perturbaciones ambientales y antrópicas de la zona donde se encuentra la antigua mina.